Este título que, si bien no es el más original ni el primero en llamar así a esta temática, recoge y representa a cabalidad mis conclusiones tras varias semanas investigando en profundidad sobre el concepto, la idea, los tipos y las infinitas afirmaciones de qué es y qué no es el Liderazgo. Y este océano, de extensión infinita para mí, cada vez sube más su nivel, dejando menos espacios de tierra a los que anclarse. Esto me invita a pensar en el constante movimiento del término, cómo va cambiando y conquistando nuevos territorios a medida que me voy adentrando en sus aguas.
Este capítulo no se trata de una clase magistral sobre Liderazgo, puesto que no soy una experta en el tema, sino de compartir contigo un camino a través de las distintas sendas que otros autores, profesionales de la materia, y grandes personalidades han construido, para que puedas, al igual que yo, llegar a tus propias conclusiones, a las definiciones que te hagan sentido y apliques, o entiendas tu liderazgo y el que te rodea desde tu propia mirada.
Significado «Técnico»
Y con esto, primero me gustaría empezar desde el principio, el origen del término, ya que, como concepto, llego a la conclusión de que ha existido siempre en el orden natural de la vida.
Según la RAE (Real Academia de la Lengua Española), encontré lo siguiente:
1. Condición de Líder.
2. Ejercicio de las actividades del Líder.
3. Situación de superioridad en que se halla una institución u organización, un producto o un sector económico, dentro de su ámbito.
Entonces decidí profundizar en la definición de Líder (del inglés leader – guía)
1. Persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad.
2. Persona o entidad que va a la cabeza entre los de su clase, especialmente en una competición deportiva.
Pero, ¿en qué momento empezamos a llamar “liderazgo” a esta habilidad? ¿la tenemos todos?
Origen y Evolución Histórica
“…algunas de las cualidades que permitieron y permiten que un líder direccione los procesos de desarrollo humano y organizacional encaminados al aumento de la productividad y competitividad de su organización…”.
Mi investigación me llevó al artículo “Liderazgo a través de la Historia”, publicado en mayo de 2007, por Sandra Estrada Mejía, profesora titular de la Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia.
Este artículo, de muy interesante lectura, hace un recorrido por la evolución humana, desde las antiguas civilizaciones hasta la revolución industrial, identificando las características de los líderes de entonces, que deben potenciarse en los actuales, con el fin de generar un impacto positivo en la sociedad. Cabe destacar que, en su introducción, hace referencia a que “a través de la evolución humana, se han exaltado las acciones realizadas por dirigentes de gobiernos, empresas, equipos deportivos o grupos de personas de cualquier índole. Normalmente ellos son reconocidos como líderes, es decir, personas que trabajan con un grupo e influyen en él para lograr un propósito que todos juntos pretenden alcanzar, son capaces de inspirar y guiar y además son reconocidos como modelo para todos”.
Según el artículo, este análisis evolutivo de la historia, permitió identificar “algunas de las cualidades que permitieron y permiten que un líder direccione los procesos de desarrollo humano y organizacional encaminados al aumento de la productividad y competitividad de su organización…”. Antes de pasar a revisar cuáles son esas cualidades en común a lo largo de la historia, me gustaría rescatar algo en el artículo que llamó mi atención y que dice lo siguiente, en relación a la etapa de las civilizaciones antiguas: “Con la aparición del hombre se inició la transformación en el desarrollo propio de la naturaleza, la producción de instrumentos de trabajo, el descubrimiento del fuego, la invención del arco y la flecha, entre otros, permitieron que inicialmente los inventores no fueran tenidos en cuenta y en muchos casos tachados como “locos”, sin embargo, cuando se alcanzaba el resultado, se convirtieron en modelo a seguir por toda la comunidad…”. Estas líneas me abren un espacio de pensamiento y reflexión sobre el RESULTADO, pero hablaremos de eso en otra ocasión.
Las Cualidades
Continuando con lo que nos ocupa, ¿cuáles son entonces esas cualidades del pasado y el presente necesarias que caracterizan a los líderes? Nombro algunas de las competencias que concluye el artículo de Estrada: actitud positiva, carácter, disposición de escucha, carisma, autodisciplina, compromiso, visión de futuro. Después, la autora combinó la técnica de red de unidades lógicas entre capacidades, habilidades y conocimientos en relación al análisis de cada etapa evolutiva y, teniendo como referente al autor John Maxwell en su libro “The 21 Indispensable qualities of a Leader”, clasificó las cualidades de los líderes en una pirámide, creada por la autora que entrega una puntuación a cada característica, englobando la pirámide, en la evolución de la historia.
Fuente: Estrada 2007
«el compromiso, la comunicación,
la generosidad y la actitud»
De esta forma, en el top 7 encontramos que la pasión, autodisciplina, servicio, comunicación, escucha, solucionar problemas y la responsabilidad, son las más repetidas a lo largo de la historia, seguidas de la capacidad de trabajo, actitud positiva, visión de futuro, compromiso, carisma, enseñabilidad, discernimiento y valor. Y entre las últimas, pero no menos relevantes, estarían la seguridad, relaciones interpersonales, generosidad, carácter, iniciativa y focalización.
Algunos pensamientos y reflexiones
Cuando miro esta batería de cualidades, pienso en mis distintas experiencias a lo largo de mi trayectoria profesional y analizo el panorama actual en las organizaciones tras los últimos acontecimientos vividos por la humanidad (estallidos sociales, pandemia, aceleración de la revolución 4.0), no puedo evitar destacar algunas de estas cualidades que, desde mi percepción, establecería como esenciales o transversales a cualquier líder; que conforman su columna vertebral y de las que se van derivando todas las demás, y que para mí son el compromiso, la comunicación, la generosidad y la actitud. Éstas son cualidades que surgen y se tejen desde nosotros mismos, desde nuestro “ser”, en las demás, encuentro la forma de ir configurándolas desde nuestro “hacer”, y además guardan relación en nuestro desarrollo con “los otros”.
El artículo concluye indicando que “los estilos de liderazgo deben relacionarse con las cualidades permanentes, innatas o adquiridas por el individuo con el fin de intervenir adecuadamente en los procesos de evolución o involución de las comunidades”.
Ahora bien, si ya existían investigaciones llevadas a cabo a finales de la década de los 30 (Lewin, Lippit y White), no es hasta los años 80 cuando nacen las distintas “Teorías del liderazgo”, concretamente, el concepto de Liderazgo Transformacional, introducido por James MacGregor Burns en 1978.
Como señalaban tanto las definiciones como las referencias utilizadas, el “líder” ha estado asociado a posiciones de poder, de jerarquía o de cargos concretos dentro de las organizaciones, sin embargo, esto ha ido evolucionando al punto de diferenciar al líder del “directivo”, ¿cuántas veces hemos escuchado que un jefe o un directivo no siempre es un líder? O ¿El líder nace o se hace? Recuerdo casos de líderes que, sin tener una alta posición dentro en la compañía, eran seguidos y validados por el resto, aún sin la responsabilidad de dirigir un equipo.
Eso me hace pensar en la idea de que el liderazgo, no sólo tiene que ver con dirigir o guiar a otros, sino también con el cultivar relaciones sólidas, promoviendo el trabajo colaborativo y creando un entorno que propicie el crecimiento y éxito de todos los involucrados. E incluso más allá de esto, cómo la práctica del autoliderazgo es vital para proyectarlo después hacia afuera, y cómo se convierte en una habilidad que olvidamos fácilmente, y que tiene que ver con el autoconocimiento, la autoestima, la autonomía, la autogestión y la automotivación. Como podéis ver, enlazando unas ideas con otras, el tema en cuestión ¡nos daría para varios artículos más!
Concluyendo
En resumen, lo que quiero decir, es que titulé a este artículo “El océano del Liderazgo”, porque podríamos pasar horas, días y semanas hablando sobre ello, y probablemente no habría un fin a esa conversación y análisis. Por eso, y aquí mis conclusiones, me parece relevante entender que estamos ante un tema complejo y fascinante, que se puede abordar desde distintas disciplinas y puntos de vista, que los libros, estudios, conferencias y otros recursos disponibles aportan y enriquecen esa comprensión, y nos inspiran a buscar nuestros líderes interiores, y a otros, a ejercer su liderazgo. Que, al adquirir conocimientos y perspectivas distintas, desarrollamos habilidades de liderazgo más sólidas y efectivas, pero sin olvidar que esto requiere de una práctica y no sólo de la adquisición de conocimiento de un conjunto de teorías, buscando nuestro estilo propio de liderazgo, único e intransferible que nos guíe y también inspire a otros, nutriendo nuestro entorno y marcando una diferencia.
“Leadership is about making others better as a result of your presence and making sure that impact lasts in your absence”. Sheryl Sandberg
No quería finalizar este artículo sin compartir una de mis frases favoritas sobre el liderazgo. Sheryl Sandberg, ejecutiva, filántropa y escritora estadounidense decía: “Leadership is about making others better as a result of your presence and making sure that impact lasts in your absence” (“El liderazgo consiste en hacer que los demás sean mejores como resultado de tu presencia y asegurarte de que el impacto perdure en tu ausencia”).
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